Una historia de crecimiento y evolución

Nuestra historia en SILSA comenzó en el año 2010. En aquel entonces, un pequeño equipo dio inicio a este proyecto. Nuestros primeros pasos se dieron en una bodega ubicada en la calle Guadiana, cerca de la carretera Chihuahua.

Los inicios estuvieron marcados por la simplicidad y el trabajo manual. No contábamos con las herramientas que ahora son esenciales, como montacargas o tráiler. El trabajo con los fenders se realizaba de forma rudimentaria, utilizando rodillos de madera cubiertos con alfombra. Inicialmente, nos enfocábamos únicamente en la producción de fenders y recibíamos las láminas ya cortadas a la medida.

Las entregas en aquellos primeros tiempos era una logística particular. Disponíamos de una troquita Ranger viejita. Aprovechábamos los viajes para entregar paquetería y, en el mismo trayecto, cargábamos los fenders. El proceso implicaba bajar tarimas de paquetería, cargar nuestros productos, a veces regresar por más material para completar una tarima, y luego emplayar todo en la ubicación de paquetería. Así era el envío en nuestros primeros años.

Nuestros primeros años

Con el tiempo, la empresa comenzó a crecer y evolucionar. Tiempo después, se adquirieron un tráiler y un montacargas, este último siendo el mismo que hoy opera en nuestra sucursal de Monterrey. Un paso significativo se dio alrededor del 2015, cuando se compraron máquinas especializadas y comenzamos a fabricar también las tapas.

A lo largo de los años, el equipo ha experimentado cambios y nuevas incorporaciones. Si bien las personas han cambiado, la producción en el área de suministros siempre ha sido constante. Gracias a Dios, siempre hemos tenido trabajo. Aunque la producción actual es considerablemente mayor, en aquellos primeros años también teníamos un volumen importante y "la rifamos".

Un momento crucial en nuestra expansión física llegó alrededor del 2017 o 2018, cuando se empezó a construir la bodega de SILSA más grande. Para entonces, aunque no éramos una gran cantidad de personas, ya éramos más que en las bodegas iniciales. Había más personal en suministros, y en la nueva bodega ya se encontraban miembros del equipo en el área designada.

El crecimiento continuó sin detenerse. En el 2022, dimos un gran salto al abrir nuestra sucursal en Monterrey. Esta nueva operación comenzó con una persona clave y poco a poco se fueron sumando más compañeros al equipo allí.

Desde nuestros comienzos humildes con trabajo manual y recursos limitados, hasta expandirnos en infraestructura, maquinaria y alcance geográfico, la historia de SILSA es un relato de perseverancia y un crecimiento constante basado en el trabajo y la adaptación.

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